miércoles, 11 de mayo de 2011

ABANDONADOS X LA CIUDAD

Dulce González
El niño de las Pinturas. DODECAEDRO

































Maria Luisa Cano
Órase con ironía






























Alicia Calderón Acedo
Rocío Retamero Jaime

 










Esther Porteiro Artero
Garazi Lara Martínez


Abandonados por la Ciudad


Estos libros de segunda mano y edición normal han sido intervenidos y abandonados en la ciudad con la intención de recrear un lenguaje basado en la imagen. Privarlos de la posibilidad de lectura los convierte en ejemplares únicos y a su vez parasitados, ya que pierden sus características iniciales. Simplificando y convirtiendo el lenguaje literario en una lectura rápida creamos metáforas visuales (tomando como punto de partida el título de cada uno de los libros).
Nuestra pequeña colección pretende recalcar el hecho de que la experiencia de la lectura, condicionada tanto por el espacio en que se haya el lector como por la forma física del propio libro, puede condicionar en gran medida la opinión sobre el contenido y el acto de la lectura en sí.













Fernando Moreno Sevilla 
Miguel Utrabo Sierra
































Pilar G.Arco
"Atravesar la cinta y ampliar el corazón"
como oportunidades a la imaginación infinita 






Paula Herrero







Yohana Ortiz Romero








Juan Fernández Robles








María Áurea Álvarez







Laura Segura Gómez







María Belén Ruiz Ruiz 
" Somos reflejo en sombra que hace del camino... huella en movimiento efímera" 
Camino es huella,
camino es crecer,
camino es conocimiento,
camino es independencia,
camino es memoria,
camino es recuerdo,
camino es Experiencia.
 
 
 
Mi proyecto, trás reflexiones al lema "Abandonados x la ciudad" estuvo vagando como mis pies sobre la ciudad, después de caminar y caminar comprendí que la cuidad es un libro silencioso que guarda en secreto nuestras vivencias.
Cada espacio en el que pisamos, ya ha sido pisado. Nuestra huella es efímera frente a la memoria de la ciudad, pero, a la vez, la memoria es fruto de la aportación de cada caminante.
 
Metodología: hacer fotos en movimiento del caminar y la huella (sobra) que dejamos al pasar, que está en continuo movimiento y tarda milésimas de segundo en cambiar, dejando un recuerdo en la memoria de la ciudad.
Estas imágenes se presentan como recorrido, en el que he querido potenciar la sombra, la distorsión producida por el movimiento que hace que una acción se descomponga en la esencia de los principios abstractos, donde la identificación pasa a un segundo lugar prevaleciendo las emociones.







Maribel Calero
"Papelería callejera"








Irene González Navarro









Ediliana Solís Peña
“Hojas”
Despues de un recorrido por la ciudad de Granada, me identifique con sus areas verdes, los parques recreativos. Los parques recreativos acojen a cualquier persona ya sea de cualquier clase o nacionalidad. Abandonamos el tumulto de la ciudad para introducirnos en ellos y convertirlos en un lugar donde nos identificamos con la naturaleza.
A manera de simbologia y despues de elaborar un poema sobre esa ruta que tome por varios dias en Granada decidi realizar hojas y abandonarlas en la ciudad, abandonar mi arte para regalar a la ciudad al igual que los graffitis son abandonados.

Ruta
He caminado por senderos soñados
aquellos que son una ilusión consumada.
Ahora me encuentro despojada de aquella arena que molestaba en mis pies.
Piso plano, piso fuerte.
Sólo llevo presente en mi mochila,
y vientos que huelen a un futuro camino que aun no conozco y que temo conocer.
Esa estrella de mar que llevo colgada al cuello me llena de energia
me ayuda a escucharme,
a entender que aunque la arena quedo atrás me hizo lo que soy.
Llena de fuerzas,
de aquella energía que quise ser y soy
Ahora busco ese camino;
ese nuevo sendero lleno de amor,
lleno de elefantes rosas paseando por hermosos arboles con sus hojas crecientes, esa brisa de libertad que suena como corazón palpitante y con olor a jazmín.
¡Es que deseo tanto ese beso fulminante de la primavera!
De esa ruta que me llama en silencio,
grita desesperada su deseo por mi llegada,
mientras que yo casi me ahogo en ansias por conocerla.











 Aránzazu Girón
 "Mirar la ciudad"

“La ciudad es redundante: se repite para que algo llegue a fijarse en la mente. (…) La memoria es redundante: repite los signos para que la ciudad empiece a existir”.

                    La ciudad y los signos 2,   Las Ciudades Invisibles

 Italo Calvino 
                   MIRAR (del latín ‘mirari’, admirarse) Aplicar la vista a un objeto.

Existe un intercambio de mensajes entre los individuos de cualquier sociedad, mensajes codificados a través de signos. Estos signos se convierten en actos que pueden contar cosas, preguntar, instruir, advertir, dar órdenes, expresar sentimientos, etc. Este poder de la imagen de revelar instantáneamente su significado al receptor ha existido desde el origen. En la Prehistoria la imagen fue descubierta antes que la escritura, luego, el lenguaje de la imagen es una forma inherente a la cultura. Las ciudades están saturadas de signos, mensajes, hay un exceso de información, una mezcla caótica de códigos convencionales, publicidad,  señales, rastros, indicios y huellas de emisores anónimos que en ocasiones pretenden dar un giro al significado de iconos convencionales. Todos ellos luchando por establecer comunicación en medio del caos  con todo tipo de receptores. La ciudad  se vuelve excesiva y exasperadamente redundante en contraposición, por ejemplo, a un entorno rural.  Es en este punto en el que quiero situar mi trabajo: en la redundancia de la imagen y su reiterada referencia a los espacios, a la historia y a la iconografía de una  ciudad turística como Granada.        
         Mi intención es focalizar la idea de redundancia en la comunicación a través de la palabra “mirar” y todo el campo léxico y semántico que se genera en esta ciudad en torno a su significado.  El concepto “mirador” como lugar, palabra e icono es, junto al de “granada” uno de los símbolos más repetitivos y redundantes  que encontramos durante el recorrido por la ciudad histórica.  Y es justo en su centro urbano donde se produce esa atmósfera de redundancia de señales y signos en torno a la acción de mirar. Granada, por un lado,  es una ciudad que desea ser vista, e invita constantemente a ello, pero que a su vez esconde y oculta, es una ciudad de celosías, visillos, cierres y tapias altas, y también me interesa este aspecto.
Yo también sitúo mi mirada en el corazón de la ciudad oteando lugares abiertos y ocultos,  frecuentados y solitarios, intrigantes, sospechosos, etc.,  me convierto también en turista, en persona extraña a la ciudad, observo lo que miran los otros, hacia que lugares, desde donde y como miran. Curioseo en  la ciudad  aquello que oculta  en el interior de sus casas. Intento descifrar  huellas, signos señales, gestos sociales, culturales y políticos, etc.
Cuando miramos tenemos la idea de que sólo nosotros vemos lo que es objeto de nuestra mirada y que nadie nos mira. Yo también actúo como si nadie me viera, como si mirase a través del ojo de una cerradura; yo espío detrás de la puerta del anonimato pero sin ser vista.  Para ello invento un icono, representa el ojo de una cerradura, lo sitúo en lugares concretos estableciendo una relación formal y semántica entre el lugar, el icono y la palabra que complementa al signo.  Las palabras elegidas pertenecen al mismo campo léxico y semántico en torno al concepto de “mirar” estableciendo así intencionadamente una relación redundante entre signo, lugar u objeto y palabra. Todas ellas son términos recogidos en el diccionario, aunque algunas de ellas en desuso y otras con acepciones muy distintas a la idea que acostumbramos a expresar. Aspecto, este último, que me interesa al proporcionarme una idea de ambigüedad que, unida a la de redundancia, me permite convertir la comunicación en un juego a través del cual pretendo cruzar mi ‘mirada’ con la de otros, intentando despertar su atención, su curiosidad sobre el significado de la imagen y la palabra. No es una comunicación evidente, explícita, sino insinuada y en ocasiones un tanto oculta. Y todo ello unido al hecho de que jugar con palabras fonética y semánticamente parecidas acrecienta la idea de repetición y de redundancia. Se invierte la posición del espectador y su relación con el espacio, no se está seguro si esta dentro o fuera,  si mira o es mirado, si aquello que ve es sustantivo o adjetivo, si es el objeto en sí o expresa una cualidad del mismo, si existe intención de denuncia o es algo sin trascendencia socialmente hablando. Es como mirar a través del ojo de una cerradura: vemos algo de forma parcial pero el resto hay que imaginarlo o especular sobre ello. Para ver verdaderamente lo que hay es necesario traspasar la puerta. ¿Qué vemos realmente de la ciudad?
La ciudad y sus lugares despiertan distintos estados de ánimo que obviamente se traducen en mi trabajo: curiosidad, preocupación y en ocasiones ironía, pero sobre todo, deseo lúdico, de comunicar anónimamente, de  jugar con las palabras, con la vista, de tomar distancia y de incluir otras formas de mirar.
Los soportes utilizados son el anuncio, una  pegatina de pequeño formato, en blanco y negro  y una serie de fotografías como documento de la intervención en los distintos puntos del recorrido. Y los autores tomados como referencia son Rogelio López Cuenca, concretamente sus intervenciones partiendo de las señales ya existentes en la ciudad, junto a Giuseppe Penone y su concepto de mirada invertida.